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Lircay: la madre de todas las batallas, por la conformación del estado de Chile

El sábado 17 de abril de 1830, se selló una etapa de la historia de Chile cuyas repercusiones tienen alcances hasta el presente. Estos efectos se expresan, por cuanto el bando victorioso contó, después de este enfrentamiento, con el poder suficiente para configurar el país según su proyecto político: un Estado unitario, centralizado, un liderazgo político y económico desproporcionado de parte de Santiago sobre las regiones y una predilección por el presidencialismo.

Aquel 17 de abril, los ejércitos de Ramón Freire y José Joaquín Prieto, se enfrentaron por cerca de tres horas en las afueras de Talca, en la confluencia entre los ríos Claro y Lircay. El general Freire en un error estratégico clave, abandonó la ciudad de Talca donde había llegado la madrugada de ese día y donde contaba con los recursos y defensas propias de la ciudad. Su error fue aprovechado por Prieto, para atrincherar sus tropas entre las fuerzas de Freire y la ciudad que lo había cobijado.

Así, Prieto logró utilizar su superioridad de unos 2.200 hombres y una caballería que doblaba a la de Freire. El ataque concluyó con aproximadamente 600 muertos y Freire huyendo para conservar su vida.

Cuando la noticia llegó a Santiago, la junta de gobierno en nombre de su vicepresidente José Tomás Ovalle y su ministro Diego Portales, decretó: "quedan dados de baja desde esta fecha en el ejército, el capitán general don Ramón Freire, los jefes, oficiales y tropa que bajo sus órdenes continúen con las armas en la mano, obrando hostilmente contra la nación".

Sintomático de la nueva etapa es lo que se dijo de Freire, uno de los generales más exitosos de las luchas por la independencia: "Después que el capitán general don Ramón Freire sin autoridad alguna sublevó una parte de las tropas de la República para turbar el orden...después que...se apoderó de Valparaíso, autorizando en aquel puerto los hechos más escandalosos y causando enormes perjuicios al erario; después que invadió Coquimbo, mandó fuerzas a Concepción y emisarios a Chiloé y Valdivia para encender de este modo la guerra que ha movido por sus agentes en todos los pueblos del Estado...persiste en su empeño de dominar por la fuerza a los pueblos...".

La historia la escriban los vencedores y los vencidos son caracterizados como los subversivos que buscan desestabilizar al país, también se les moteja como inmorales que permites todo los excesos a sus tropas.

Sin embargo, otros documentos nos entregan una versión completamente distinta, como se observa en esta "Oda a la batalla de Lircay", que hoy compartimos con ustedes, como parte de Los documentos del mes. En ella se canta a los caídos; patritas que lucharon contra la tiranía que hace sentir su mano sobre los vencidos en Lircay.

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