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De organizaciones sociales de mujeres a un movimiento feminista en dictadura

Revista Nos/otras. Fondo Isis Internacional. Archivo Mujeres y Géneros.


El atropello a los derechos humanos a partir de la muerte, tortura, reclusión, desaparición y el exilio motivó la conformación de organizaciones de denuncia, principalmente convocadas por mujeres, como la Agrupación de Mujeres Democráticas, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (Largo 2014).

Según Tobar, Godoy y Guerrero (2003) el inicio del régimen militar provocó una transformación de la estructura política que permitió la emergencia de nuevos actores y formas de organización, frente al debilitamiento de los actores y las maneras de representación tradicionales. Lo anterior posibilitó el surgimiento de una práctica feminista, cuyo auge habría ocurrido entre 1983 y 1987 (Palestro 1991).

En 1976 se constituye la Coordinadora Nacional Sindical, primera organización popular que buscó la rearticulación del movimiento social, donde existía un departamento femenino. Este mismo año en Valparaíso se forma la Unión de Mujeres de Chile.

Pese a que la política dictatorial promovía que el rol de la mujer estuviese en favor del régimen viéndola como "un potencial de freno a la protesta, a la movilización, a la rebeldía tanto suya como de quienes la rodean, ante el temor de perder o ver sufrir a los suyos" (Valdés 1987: 11), las convocatorias realizadas por las organizaciones de mujeres lograban una gran masividad.

Para Loreto Rebolledo (2013) no es casualidad que las movilizaciones callejeras se iniciaran los días 8 de marzo, en efecto, el primer acto público masivo llevado a cabo en dictadura fue en 1978 en homenaje al Día Internacional de la Mujer. Ese mismo año, se realiza el Primer Encuentro de la Mujer Chilena y además surge el Círculo de Estudios de la Mujer, al alero de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, a partir de los grupos Asuma, Hojas, entre otros (Gaviola, Largo y Palestro 1992).

Lo anterior marca una reemergencia feminista al interior del movimiento social de mujeres (Arcos 2007), que permite que se manifiesten respecto a su opresión de género como parte de sus prácticas políticas (Valdés 1987). Desde el actuar cotidiano, la experiencia de mujeres en el exilio vinculadas a la teoría feminista y la reflexión de mujeres participantes en organizaciones económicas populares (Rebolledo 2013, Valdés 1993) y profesionales, nace la conciencia de género en el contexto de lucha contra la dictadura. A ello podemos sumar la asistencia de mujeres chilenas a los encuentros feministas de Latinoamerica y el Caribe (1981 Colombia, 1983 Perú, 1985 Brasil, 1987 México).

Los primeros Encuentros Nacionales se realizaron entre 1978 y 1980, organizados por el Departamento Femenino de la Coordinadora Nacional Sindical. En 1980 surge el Movimiento de Mujeres Populares (MOMUPO) y en 1981 Mujeres de Chile (MUDECHI). Ya en 1982 se realiza en el mes de noviembre las Jornadas de la Mujer.

Las acciones de las mujeres eran múltiples, destacándose "las manifestaciones callejeras masivas, disciplinadas y expresivas, simbólicas y unitarias, entre gestiones de denuncias, campañas, ayunos solidarios, declaraciones públicas y conferencias de prensa" (Valdés 1987: 16). Las revistas y boletines difunden las actividades realizadas y por llevar a cabo, además de incluir testimonios no sólo sobre estos encuentros entre mujeres sino también sobre la represión por ellas experimentadas en las detenciones, en el espacio público y al interior de las cárceles.

En 1983 se realiza la primera protesta nacional y se refunda del MEMCH, como instancia coordinadora de las organizaciones femeninas de oposición, llegando a reunir a 26 organizaciones (Gaviola, Largo y Palestro 1992) y contando con la participación de las antiguas memchistas Elena Caffarena y Olga Poblete (Largo 2014). Es cuando también surge el Manifiesto Feminista, documento que sintetiza las demandas de las mujeres en la lucha por el retorno de la democracia, firmado por el Movimiento Feminista. Ese mismo año, en el mes de diciembre, el Círculo de Estudios de la Mujer sería expulsado de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano por los contenidos que difundían en sus boletines (Largo 2014), separándose para dar origen a dos organizaciones: el Centro de Estudios de la Mujer y la Casa de la Mujer La Morada.

"Vamos mujer. El 86 es nuestro"

El 7 de marzo de 1986 se convocó una marcha en el centro de Santiago que antecedió la Jornada por la Democracia en que se realizaron elecciones simbólicas. En abril se incorporaría el movimiento de mujeres a la Asamblea de la Civilidad, instancia de coordinación y movilización de las organizaciones sociales, donde el "Pliego de las mujeres", fue incorporado en la "Demanda de Chile":

"Estamos concretando este compromiso en todas las instancias, con nuestra participación en tanto mujeres trabajadoras, mujeres dueñas de casa, mujeres estudiantes, mujeres profesionales, mujeres pobladoras, mujeres militantes de partidos políticos, mujeres comprometidas en la Defensa de los Derechos Humanos y tantas otras" (Pliego de las mujeres, Texto completo en Valdés 1987).

Asimismo, en junio de 1986 se realizó el Primer Encuentro Nacional de la Mujer Rural que convocó a más de 250 mujeres de Copiapó a Chiloé. Sus demandas incluían la creación de una instancia de mujeres a nivel de la Comisión Nacional Campesina (Ver entrevista a Francisca Rodríguez). En agosto, Mujeres por la Vida haría su declaración política frente a las directivas de diferentes partidos políticos.

Hitos de manifestaciones son el despliegue del lienzo "Democracia ahora. Movimiento Feminista" en el frontis de la Biblioteca Nacional y el memorable acto en el Teatro Caupolicán, convocado por Mujeres por la Vida, con las consignas de "No +" y "La libertad tiene nombre de mujer", todos llevados a cabo en 1983. Asimismo, el año 1985 se realiza una marcha silenciosa por la comuna de Providencia, con la consigna "Somos +". Y en 1988 la intervención titulada "No me olvides" de Mujeres por la vida. Finalmente, el 8 de marzo de 1989 se conmemora por ser además del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, la fecha que recuerda a 25 mil mujeres reunidas en el Estadio Santa Laura. Estas manifestaciones si bien se realizaron en la ciudad de Santiago, también fueron llevadas a cabo en diferentes regiones del país.

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Fondo Fortín Mapocho. ARNAD.
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Revista Vamos mujer 1987.